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1. |
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Cuando necesites ver,
mira bien, mira bien:
el secreto se esconde
en tu sien, en tu sien.
La canción que ha de curar
tuya es, tuya es.
Esa melodía no es
otra que tu voz.
Siempre que tú hablaste
encontraste perdón.
Cada vez que te abriste
tu canción se escuchó.
Por eso no olvides que
la respuesta sos vos
y no dejes de vibrar
al compás del amor.
Cajita de música,
eso es lo que soy.
Giro y giro alrededor
de mi único son.
Canto y danzo mientras me
miro al espejo.
De mi cuerda tira la
vida con su esplendor.
Miles de reflejos son
mi universo interior.
Si me cierro me pierdo
en un mar de ilusión.
Por eso te pido que
no me dejes sólo.
Necesito tu mirar
para ser junto a vos.
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2. |
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Flor tan bella
que nació tan dulce como el sol.
Hay un color llamando:
¿cuál será la que alimenta mi alma?
Volando, viajando, libando, zumbando.
El polen juntando, el néctar tomando.
Volando, viajando, la vida llevando.
Voy tan lejos:
al dulzor dorado del verdor.
Miel esencial
que habita el centro
aromado de terciopelo.
Violeta, morado, azules sombrando.
Rojizo, turquesa, el cielo pintando.
Volando, viajando, la vida expando.
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3. |
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Que habrían ciertos desafíos,
que no podría aún,
que no sabría.
¡Que ahora no!
¿Qué habría de tener yo para dar?
Aunque las señales eran claras,
las voces de mi temor no se callaban...
(ni se callarán).
Pero otra voz sonaba más acá,
cuando me quitaba ese disfraz.
Me dijo: "ven, yo voy a hacerte bien!"
y me llevó a descansar en el verde mas profundo
que la vida sabe dar.
Me dijo: "Ven, yo puedo hacerte ver!"
y me enseñó a navegar
en el azul más frondoso
que pudiera imaginar.
Me dijo: "ven!"...
yo voy.
Esta melodía que crecía
me fue animando a soltar la fantasía,
la postergación.
Me dijo: "ya el tiempo se acabó".
Luego las excusas no alcanzaban
porque este río interior no se callaba...
(ni se callará),
pues su cauce lleva hacia la verdad,
y me habla de la libertad.
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4. |
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Puedo habitar mi calabozo
o renacer libre viajera
puedo danzar con mis demonios
o destruirlos en la hoguera.
Soy la fuerza, no me temo
amaré la impermanencia.
Puedo verter toda mi sangre
o preservar mi primavera.
Puedo entregarme fatigada
o desafiar a las tinieblas.
Puedo pender de los ombligos
o abrirme paso en la maleza.
Puedo agachar mi frente al suelo
o mirar fijo a mi presa.
Puedo acatar cada precepto
o despertar mi fortaleza
puedo sentirme aprisionada
o ser la llave de las puertas.
Soy la fuerza, no me temo
amaré la impermanencia.
Soy la fuerza, no me temo
amaré lo que me aterra.
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5. |
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Asciende fogosa
y todo de pronto se posa en su desnudez.
Velada de niebla,
la bruma mojada se cuelga
de su palidez,
su mudez, su pincel.
Lágrima de hiel,
recién ayer te soñé.
Arena, la danza se adueña
caliz de sal que se abrió y se vuelca.
Rumor de mar, luz de cristal.
Rumor de mar, frío altar.
Rumor de mar, luz de cristal.
Serena, preciosa,
despacio despierta
la diosa de la lucidez.
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6. |
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No es algo que puedas ver,
no es posible de agarrar.
No te canses por buscarla,
y no hagas más.
Te olvidaste de reir
esa jaula no es real
no te engañes por salir
no es posible aprisionar.
Esa llave es de mentira
¿de qué intentas escapar?
¿y si sueltas el control?
¿no te animas a confiar?
Suelta, suelta, abre y ríe.
No te intentes escapar.
Estas rejas son espuma.
Solo tienes que soplar.
Te olvidaste que era un chiste,
sólo había que jugar.
Polvo y agua es esta cárcel
en la que crees estar.
Diste paso a ese murmullo
y hoy te aturde su disfraz.
Mas la llave que libera
nunca aquí la encontrarás.
Suelta, sopla, canta y ríe.
No te olvides la verdad.
Se acabó tu pesadilla
ya llegó tu despertar.
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7. |
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En las coplas hay consuelo
me lo dijo a mí el silencio,
que con calma y destejiendo
pal error siempre hay remedio.
Para tejer un pañuelo
necesito hilo y esmero.
Para construir mi vida:
corazón, aire, misterio.
Nudo a nudo del tejido
se va formando el dibujo.
Mas la trama de la vida
no la adivina ni un brujo.
De mi vida, ¿qué decirle?
el tejido siempre es uno.
Lo que va cambiando el tiempo
son las agujas que uso.
Las palabras tejen coplas.
Las canciones, los encuentros.
A veces se anuda alguno
y es cuando empiezan los cuentos.
Así se crean historias
de las idas y las vueltas
alguno acorta camino
nomás usando tijera.
Y resulta que una vuelta
en una de esas andaba;
y en lo más lindo que iba
una hebra inesperada.
Así tenía todo listo,
y venía yo trenzando.
De repente me di cuenta
que me estabas entramando.
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8. |
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¿Cuántas olas...?
¿Cuánto viento habremos transcurrido,
transparentes, en la espera?
Un verso que no es mío.
Una nostalgia inalcanzable
en la memoria,
una dicha antigua y enterrada...
o difusa... pasajera... intocable.
Traspapelada gracia
entre unos libros de poetas
-héroes insignificantes
antes de un entonces
parecido a este ahora-.
Las olas hacen un telar
que me remonta a un tiempo lejos
que quizás no existió nunca.
Equipaje que perdiera
en un barco sepultado bajo el agua.
¿Cuántas horas
perfumadas de domingo?
¿Cuántos litros de temporales,
telares, libros... enterrados?
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9. |
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Me atrapó la ola
y no puedo respirar.
Grito fuerte pero
nadie puede escuchar.
Siento que me lleva
y no alcanzo a controlar.
Y aunque intento hacerlo,
no imagino el final.
Bocanada de inmensidad...
no concibo tanta intensidad.
No hay calma ni sombra
ni recuerdo el lugar
donde estaba yo latiendo
un instante atrás.
Sólo sé que ahora
imposible regresar...
ya no existe aquello
que el mar dejó atrás.
Busco pero es inútil ya...
No hay salida, sólo atravesar.
Todo ahora es una espiral.
Bocanada de inmensidad.
CORO:
Me atrapó, me atrapó, me atrapó la ola.
Me atrapó y me lleva.
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10. |
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¿Quién falta?
se escabulle por la rama
se dibuja en la ventana
se adivina agazapada.
Ausente
se me pierde entre la gente.
Se confunde en la memoria
y en saudades se me crece.
Se me enciende,
se resiente,
se desdobla,
se salobra.
¿Quién huye?
Por la rama se escabulle.
Silenciosa se introduce
en el mundo de los cruces.
Extraña
que de a ratos me acompaña.
Que tambien se desvanece
cuando quiero interrogarla.
Y se agranda,
se disipa,
se florece,
se me cambia.
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11. |
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La blandura de tu lecho,
la sonrisa de tus hijos,
el dominio de tu tiempo.
Madrugadas en silencio.
La presencia compañera
de quien te elige sin miedo.
La canción siempre dispuesta,
los amigos siempre atentos.
Tus hermanos confidentes
respetando tus verdades.
Un plato sobre la mesa
que sacia tus ansiedades.
Agua tibia en invierno.
Fresca cuando tengas sed.
Surgirá de muchas fuentes
sin que tengas que traer.
Las respuestas aparecen,
la herramienta se consigue.
Si no existe, se fabrica
no han de faltar aptitudes.
Gratitud, ¡venga,
no falte!
Gratitud...
y una canción.
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Melisa Budini y Sebastian Narvaez, integrantes de Tardeagua, graban este álbum de canciones propias entre 2016 y 2018 en Mendoza, Argentina.
"De dos formas la llamaron: concha de mar o venera; un par de caparazones que juntos la vida albergan. Cuna donde las heridas cicatrizan como perlas. Así también las canciones son penas vueltas belleza."
released November 23, 2018
"Venera" por Tardeagua - noviembre 2018, Mendoza, Argentina.
Melisa Budini: voz, accesorios de percusión.
Sebastian Narvaez: guitarra y voz
Gabriel Narvaez: bajo en 3, 4, 7, 9.
Rómulo Herrera: flauta traversa en 3
Paula Neder: voz y coros en 4 y 6
Gabriela Fernandez: voz en 4
Quique Oesch: percusión (tablas, plato, udu, accesorios) en 5
Julieta Laparra: coros en 5
Carlos Aguirre: bajo en 5
Emanuel Riffel: percusión en 6 y 11
Agustina Schreider: violín en 6 y 11
Leandro Pares: percusión en 7 y 9
Gustavo Reynoso: bandoneón en 7
Andrea Seguel: coro en 9
Gonzalo del Peral: coro en 9
Letra y música de todas las canciones: Melisa Budini y Sebastian Narvaez -excepto músicas tema 4 y 6 Paula Neder, y tema 5 Julieta Laparra-.
Grabación, mezcla y masterización: Estudio Páramo (Mendoza, Argentina) Técnicos: Fernando Cremaschi y Gonzalo del Peral (excepto bajo en tema 5 y bandoneón en tema 7: grabados en Estudio "La Playa" Paraná Entre Ríos Argentina, por Eduardo Vilar).
Diseño gráfico: Mariano Murano
Foto del dúo: Pablo Merlo